Hay pocas cosas en esta vida que me molesten, no sé si será
porque soy pasota por naturaleza o porque con los años he aprendido a no dar
importancia a las cosas que en realidad no la tienen. Sin embargo, si hay algo que me molesta es
que se metan con los míos.
Y el señor Sostres (por llamarlo de alguna manera) lo ha
hecho. En una supuesta crónica del partido Villanovense-Barça, ha decidido
suplir su falta de talento y de ideas
con faltas de respeto a la gente de Villanueva y de los pueblos en general.
Perdone que le diga, pero eso NO es hablar de fútbol y a usted le pagan
(afortunado que es) por ello.
Y como usted no quiere hablar de fútbol, yo tampoco lo haré
en este post. Soy extremeña, extremeña muy orgullosa. Y tengo que decirle que
poco ha ido usted a un pueblo si habla así de ellos. En el fondo sé que lo ha
hecho para dar que hablar, para que la gente indignada comparta su crónica
despectiva y aunque sea mal, que hablen de él. Es muy triste que el periodismo
baje de nivel de esa manera, será que yo estoy empezando en este mundo, pero
amo demasiado mi profesión como para hacerla tan flaco favor.
De los pueblos, poco tengo que decir, ya que no necesitan
defensa. La gente que vive en ellos es gente tranquila, amable, generosa y que
tienen más educación que gente como él. Basta ya de tópicos, la gente de los
pueblos no somos paletos, ni somos inferiores a personas que viven en la
ciudad. Pero no tengo nada más que añadir, no me quiero rebajar a su nivel. Lo
único que aquí os dejo es un artículo mío en ‘The idealist’ que habla de las
cosas maravillosas que tienen los pueblos, por si el señor Sostres quiere
informarse para que no vuelva a cometer el error de hablar sin saber.
Y de regalo, otro sobre Extremadura ;)
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