El Bernabeu acogió este
partidazo como la ocasión lo merecía: completamente de rojo. Finalmente, David
Villa no fue titular y tampoco Morata, por lo que España salió con Marco
Asensio de falso 9.
España comenzó el partido
tocando bastante el balón, dominando la posesión y los italianos encerrados en
su campo. En el minuto 4 Verratti se llevó la primera amarilla por una dura
entrada a Busquets. El partido estaba siendo muy intenso, muy físico.
Minuto 13: falta a favor
de la selección española, la pega Isco y la pone donde Buffon no puede
llegar. Golazo del madridista que se lleva una sonora ovación. Tras estrenar el
marcador, la Roja no se relajó, todo lo contrario, buscaba sentenciar el partido.
En el minuto 22 de partido De Gea, que no había tenido mucho
trabajo hasta el momento, tuvo que realizar un
auténtico paradón para detener el remate de Belotti de cabeza. Tras
esto, los nuestros pasaron algunos apuros, pero solo hasta que en el minuto 38
Isco volvió a poner patas arriba el Santiago Bernabeu. Un jugadón de España:
Isco recibió en la frontal, amaga con la derecha, se perfila a la zurda y la
manda pegadita al poste de Buffon. Y
después de esto, poco más tuvo el partido en la primera mitad.
En el segundo tiempo, España comenzó como en el primero:
dominando. Pasaban los minutos y los
nuestros tenían bastantes ocasiones pero ninguna se materializaba, como el de
Marco Asensio en el minuto 55 o el de Koke pocos minutos después. En el minuto
71, salió del campo Andrés Iniesta bajo una gran ovación y entro Álvaro Morata,
que poco tardó en hacer de las suyas. Y digo esto porque cinco minutos después
marcó un auténtico golazo que desmoronó del todo a la selección italiana:
contra de Sergio Ramos y del mismo Morata, contra que terminó Ramos pasándosela
cruzada a Morata y éste rematando donde Buffon no pudo llegar.
Tras el gol, el Bernabeu quería ver al protagonista de la concentración
de la selección, y coreó el nombre de David Villa hasta que Lopetegui le sacó a
calentar. Ver la imagen de Villa calentando en la banda y sonriendo nervioso como si fuera un
debutante no tiene precio, y la verdad es que “el guaje” merecía algo así.
Estuvo poco en el partido, apenas 4 minutos, pero la ovación de la noche se la
llevó él e Isco, que fue el que le dejó el sitio. Esperemos que en el próximo
partido juegue más minutos y pueda demostrar que sigue teniendo un hueco en
esta selección.