Fotografía: Reuters
La selección española pincha en Burdeos (2-1) ante una Croacia que
nos marcó en la final de la primera mitad y de la segunda. De los nuestros,
Morata marcó al inicio del encuentro y Ramos falló un penalti decisivo.
Empezó el partido un poco descontrolado, tanteando el
terreno. Pero parece ser que lo conseguimos tantear en 7 minutos, que fue lo
que tardó Morata en marcar el primer gol. Un gol que llegó tras una gran jugada
de los nuestros, y culminando con un pase perfecto de Silva a Cesc, que se la
deja a Morata para que marque a placer.
Sin embargo, el gol no nos motivó demasiado, porque acto
seguido los croatas tuvieron dos oportunidades por errores de los nuestros.
Empanados es poco. Parecía que nos habíamos relajado con el gol, que nos
veíamos primeros de grupo y que Croacia no nos iba a dar problemas. Pero nos
equivocábamos: en el minuto 45 de la primera parte, llegó el golazo (porque fue
un golazo) de Kalinic.
La segunda mitad comenzó con incógnita: ¿saldrían
desmotivados los españoles o extra motivados los croatas? Croacia, muy cerrada en su área; España, con la posesión del
balón pero sin generar oportunidades importantes de gol. El partido estaba
pausado, sin demasiado ritmo y necesitábamos un gol para asegurarnos el primer
puesto y así librarnos de jugar contra Italia en octavos.
En el minuto 70, el árbitro pita un penalti sobre Silva, que
finalmente falla Sergio Ramos. No nos salía nada y lo que nos salía lo desaprovechábamos.
Croacia estaba siendo un rival duro de pelar y se iban animando por momentos. Y
claro, pasó lo que tenía que pasar: apenas quedaban 3 minutos para el 90 cuando
un contraataque de Croacia hace que Perisic marque el segundo de los suyos y
los ponga primeros de grupo.
Y si no habíamos hecho nada en todo el partido no lo íbamos
a hacer ahora. Tres minutos de añadido y el árbitro pita el final. España
segunda de grupo, jugará contra Italia el lunes que viene en París, esperemos
que con mejor suerte que hoy.
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