jueves, 31 de agosto de 2017

El guaje vuelve a casa.

Volvamos atrás en el tiempo. Exactamente 3 años atrás. Volvamos al 23 de junio del 2014, al Mundial de Brasil. La selección española jugaba su último partido ante Australia, un partido sin relevancia porque ya teníamos las maletas hechas para volver a España. Sin embargo, en ese partido pasó algo especial y triste a su vez: en el minuto 36 David Villa hizo el que sería su último gol con la Roja, de espuela, un auténtico golazo. Tras ello, con el gesto serio, se levantó la camiseta y se puso a dar besos al escudo, besos de despedida.



Vicente Del Bosque decidió cambiarle por Mata en el minuto 57, y el guaje se fue visiblemente afectado al banquillo, donde se tapó la cara con las manos, yendo sus compañeros a consolarle.



En teoría, aquí terminaba el idilio de Villa con la selección. Una relación amorosa que dejó 59 goles en 97 partidos. Sin embargo, David nunca perdió la esperanza. Era consciente de que yéndose a la MLS sería muy difícil volver a enfundarse la Roja, pero tampoco sería imposible. Y sucedió. El 25 de agosto, Julen Lopetegui volvió a llevarle a una convocatoria, para afrontar los partidos ante Italia y Liechtestein.



Nadie en España esperaba algo así, y la gran inmensa mayoría se alegró de la noticia. Por suerte o por desgracia, España no ha sabido encontrar a un jugador como David Villa:un líder, un goleador nato. Lo está demostrando en la MLS siendo el mejor jugador de dicha competición, está en forma y su olfato goleador sigue intacto. Es justo lo que necesitamos para volver a recobrar la ilusión en un equipo que no está atravesando su mejor momento.



Y él también ha recobrado la ilusión. A su llegada a la concentración se le veía especialmente feliz, y como dijo él: “en una nube”. Además, sigue albergando la misma humildad que cuando apenas había debutado, ahora convertido en leyenda. En rueda de prensa dijo que para nada sería una decepción no jugar, “he echado de menos esto cada día”, “voy a dejarme la vida para ayudar”, fueron algunas de sus declaraciones, que denotan la felicidad del 7 de España estos días.

Villa y Saúl llegan a la concentración. Fotografía: Mariscal (EFE)


El día 2 de septiembre despejaremos muchas de las incógnitas: ¿será titular?¿marcará algún gol?¿le ovacionará el Bernabéu? Aún no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que Villa ha vuelto, y esperemos que para seguir dándonos muchas alegrías. ¡Bienvenido a casa, guaje!


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