miércoles, 29 de marzo de 2017

Piqué, ya basta.

             


   Ayer fue una gota más del vaso que no parece que se vaya a colmar nunca. Después del partido que disputó España ante Francia, Gerard Piqué hizo unas declaraciones, que, a mi parecer, no venían a cuento de nada.



                El jugador del FC Barcelona  volvió a criticar al club blanco: “Del Madrid no me gusta los valores que transmite, a los jugadores los aprecio muchísimo y muchos son amigos. A mí el tema del Madrid lo que no me gusta es ver en el palco las personalidades que hay y cómo mueven los hilos de este país. La persona que imputó a Messi y Neymar y casualmente tiene un trato diferente con Cristiano está en el palco al lado de Florentino”.

                A estas declaraciones (entre muchas otras cosas que comentó del club), intentó quitarle hierro Sergio Ramos, que  también aparece  con regularidad en el pique interno Barça-Madrid, Lo que diga Piqué no cambia los valores de nuestro club, ni la historia ni los títulos, y zanjó el tema diciendo que “forman parte del personaje de Piqué. Con 30 palos que tiene no lo vamos a cambiar".


                A mí, personalmente me parece bien que Piqué, si tiene algún indicio de las acusaciones que ha hecho, lo denuncie o lo diga, ya que para eso tenemos libertad de expresión. Sin embargo, lo que no me parece propio es que ataque al club madridista por atacar. Sus incendiarias declaraciones y su afán por criticar al eterno rival empiezan a cansar. Ayer jugó la selección española, el equipo de todo el país, inclusive el suyo, el equipo que él defiende y del que viste su camiseta. Creo que era un día para hablar del partido de España, no del palco del Bernabéu, porque, no sé si lo sabrá, pero la Roja tiene aficionados de otros muchos equipos, no de los dos de siempre.  Su obsesión por el Madrid empieza a aburrir, y cuando ni Sergio Ramos le da bola ya…

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